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General
Seguridad, privacidad y protección de datos
El mundo digital ofrece enormes ventajas y comodidades. Pero también encontramos riesgos en Internet. Estos son múltiples y también varían en su nivel de peligro. Sin embargo, en última instancia, siempre representan un ataque a nuestra privacidad y a nuestros datos. Los peligros van desde la divulgación no deseada de nuestros datos hasta su eliminación y destrucción.
Es importante conocer las amenazas y sus implicaciones. Porque si entendemos los mecanismos subyacentes, la mayoría de los riesgos son evitables o al menos podemos minimizarlos mediante un comportamiento adecuado.
Materiales para este módulo
- Manual (pdf)
- Curriculum (pdf)
- Material didáctico (Wiki)
Este módulo se divide en los siguientes subcapítulos:
- Identidad digital
- Desafíos del mundo digital
- Mis datos, mis derechos
Identidad digital
Nuestra identidad es inconfundible. En la vida real, podemos demostrar nuestra identidad mediante nuestra huella dactilar o nuestro documento de identidad. Sin embargo, hoy en día todo el mundo tiene también una identidad digital, que nos permite identificarnos en Internet. Esto puede hacerse, por ejemplo, mediante una firma digital, una cuenta de correo electrónico o una cuenta en las redes sociales. E incluso aquellos que siempre intentan no dejar ningún rastro en Internet no podrán evitar que la información personal sobre ellos mismos acabe en la red de forma indirecta.
En este capítulo queremos explorar las cuestiones de ¿hasta qué punto podemos identificar a las personas en el mundo digital? ¿Cómo surgen las identidades digitales a partir de la información personal que dejamos en internet (consciente o inconscientemente)? ¿Qué riesgos conllevan y qué valor tienen?
Desafíos del mundo digital
También encontramos riesgos en Internet. Estos son múltiples y también pueden evaluarse de forma diferente en cuanto a su nivel de peligro. Sin embargo, en última instancia, siempre representan un ataque a nuestra privacidad y a nuestros datos. Los peligros van desde la divulgación no deseada de nuestros datos hasta su eliminación y destrucción.
Es importante conocer las amenazas y sus implicaciones. Porque si entendemos los mecanismos subyacentes, la mayoría de los riesgos son evitables o al menos podemos minimizarlos mediante un comportamiento adecuado.
Mis datos, mis derechos
No cabe duda de que nuestros datos personales nos pertenecen en primer lugar. Y tenemos derecho a determinar cómo se utilizan y publican estos datos. Pero, ¿me pertenecen realmente todos mis datos personales? Siempre asumimos que toda la información sobre mí me pertenece. Pero, ¿es eso cierto? ¿Qué pasa con mi número de teléfono o mi dirección de correo electrónico? ¿Son realmente de mi propiedad o permanecen en posesión del proveedor que sólo me proporciona estos identificadores y sólo me concede el derecho a utilizarlos? El problema: según la legislación actual, la propiedad sólo puede existir en los objetos físicos; por desgracia, los datos no cuentan como propiedad intelectual.
Por otro lado, los datos son un activo valioso. Los modelos de negocio de muchas grandes empresas de Internet se basan en ofertas que se financian con los datos de los usuarios. Por tanto, la cuestión de una posible "propiedad de los datos" está bastante justificada. ¿A quién pertenecen nuestros datos y quién puede utilizarlos?
En el caso de los datos personales que pueden asignarse claramente a una persona, la respuesta puede seguir siendo bastante sencilla: Estos datos sólo pueden tratarse sobre una base legal. Como mínimo, tenemos derecho a saber qué proveedor ha almacenado qué información nuestra y para qué se utiliza. Este derecho fue consagrado en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) europeo.